Hay algunos seguros médicos privados que sí, por eso debe consultar su póliza de seguro médico y averiguar si la osteopatía o la fisioterapia está contemplada dentro de ella y en qué condiciones. En los casos de seguros de reembolso, ocurre algo parecido, algunos incluyen la osteopatía presentando la factura del servicio, mientras que otros solo contemplan la fisioterapia rellenando la factura con los datos del profesional colegiado.
En cualquier caso, consulta tu seguro médico y pregúntanos. Muchos pacientes lo utilizan en nuestro centro y podemos ayudarte.
Para ir al osteópata hay muchos motivos, aunque desgraciadamente solo nos acordamos cuando nos duele algo y no desaparece.
La realidad es que depende de cada persona y sus características en todos los ámbitos de su vida. No olvidemos que la osteopatía también es PREVENTIVA y por esa razón y teniendo en cuenta nuestra vida diaria con sus más o menos tensiones, malas posturas, deficiente alimentación, poco ejercicios, estrés… y a veces situaciones de la vida extraordinarias como mudanzas, separaciones, cambios de trabajo, maternidad, jubilación… Todo ello son demandas para el cuerpo a las que tiene que adaptarse y dependiendo de tu estado de salud previo, lo hará con mayor facilidad o manifestando síntomas.
Lo ideal al principio donde hay más adaptaciones en el organismo, es hacer al menos 3 sesiones en el plazo de 1 mes y medio o 2 meses. Después de esto el mantenimiento, pieza fundamental en el trabajo va a depender según sea el caso.
Si acudes al menos 1 sesión cada 3 meses, ayudarás a tu sistema a mantenerse en buen estado para afrontar el día a día.
Si acudes 1 sesión al mes, seguramente irán desapareciendo tus molestias y no padecerás de síntomas ni dolores, ya que estarás ayudando periódicamente al cuerpo haya donde necesite.
Si tienes una patología importante o una situación extraordinaria en tu vida, requerirás acudir con mayor frecuencia y valorar junto con el osteópata cómo afrontar el tratamiento.
La osteopatía es una disciplina terapéutica manual, global y tridimensional, basada fundamentalmente en la anatomía y fisiología del cuerpo humano. Se diferencia entre otras cosas, por su capacidad de diagnóstico, su interrelación de los diferentes sistemas del cuerpo y su enfoque basado en tratar aquello que más altera el estado de salud de la persona en ese momento. Pudiendo ser estructural, visceral, craneal, vascular, nervioso…o incluso emocional. Ayuda al paciente así a recuperar o potenciar su equilibrio y funcionalidad innata.